martes, 18 de septiembre de 2007


Arrimada a tu hombro,
incrustada en tus ojos
descubrí el cielo sin limites

Me colgé del arpon de la luna
y desde ahí velé tu sueño

Visité tu pensamiento,
me asome al mar de tu pecho,
resbalé por tus miedos
y subí hacía tus anhelos
entonces te comprendí

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