viernes, 4 de mayo de 2007


LA CORDILLERA ANDINA

Hermosos gigantes vestidos de blanco
inmóviles, éstas piedras vivas
aparecen en el azul - celeste horizonte

Resoplan humeantes los negros conos en su cúspide
y en sus laderas arrisan sus blancos faldones
para ceder el paso a negras lenguas de asfalto

Nieve y piedra se funden
en un aplastante abrazo

El gigante mayor, el Aconcagua
aborrece a los frágiles inquilinos de carne y hueso
junto a sus construcciones de cemento, madera, zinc y vidrio
retuerce con manos congeladas, invisibles
todo rastro de civilización
le gusta su carpa invernal
y se divierte atrapando nubes

Y en lo alto el astro rey
brilla intensamente
cegando todo ojo humano
y en otras,
esconde sus dorados rayos
apareciendo tímidamente con su pequeño y pálido rostro
en medio de la laguna del indio, su natural espejo

Quemante aliada
es la nieve
que cubre
poco a poco cada tramo
de las violáceas y negras pieles montañosas
y de todo ser ajeno a su blanca y fría naturaleza

Rodea la cordillera andina a la ciudad santiagueña
pierden peso en la distancia, pero no su maza
ahí se vislumbran,
a lo lejos,
parecieran una encrespada ola
a punto de estrellarse sobre la ciudad
envuelta en publicidad para alargar la vida humana a base de elíxires modernos

Las montañas guardan silencio...
y esperan pacientemente ....

1 comentarios:

Azul dijo...

Hermosa ciudad, palabras llenas de cariño a la tierra.
Bikos.