Cuento

domingo, 9 de diciembre de 2007


Uno de miedo: El Ente Machista

Eran las once de la noche, dormía plácidamente. Repentinamente fui despertada por fuertes y metálicos arañazos que sacudían la puerta de mi dormitorio.
Asustada hasta los huesos, me incorporé, buscando en la profunda oscuridad el origen del espeluznante sonido, agudicé los sentidos y lo descubrí.

Cautelosamente, me dirigí a la ventana próxima…la abrí despacito…

En lo alto del cielo la luna con su abrigo de nubes me miraba y aún costado de mi puerta distinguí al conocido visitante de mi adolescencia; la hirsuta criatura, amorfa, cubierta de pequeñas y grandes protuberancias.

Un fuerte olor mezcla de saliva y nancite impregnaba la atmósfera.

Decidida a terminar de una vez por todas sus constantes visitas, le interpelé:
¿Qué quieres? –pregunté-

Sus rojos ojos se dirigieron hacía la ventana y clavando su mirada en mí, me dijo:

Déjame pasar…

Un aire helado recorrió todo mi cuerpo, los perros aullaban, la luna temerosa se ocultó. La noche era cada vez más oscura y silenciosa.
El silencio –entonces- fue interrumpido por largos y prolongados jadeos que el “ser” emitía…

Un profundo vaho me envolvía y nublaba mi entendimiento, completamente seducida, le deje entrar y a la mañana siguiente, a mi lado se encontraban dos “criaturitas”, que me decían mamá. Y el extraño ente, nunca más me visito.

0 comentarios: