EN LA MODERNIDAD

domingo, 11 de marzo de 2007





















IMAGEN Y SEMEJANZA

- EN LA MODERNIDAD -

La imagen del Mesías contemporáneo
se desplaza diariamente
conmigo y a mi lado,
no sólo es la figura del ciudadano ‘decente’
sino la del desamparado
que no cuenta con la buena fortuna
de una familia, de un trabajo,
es la imagen del mendigo,
que te ve a los ojos
con mirada de hambre, de extravío,
y que extiende su engargolada mano
para pedirte o arrebatarte
pan, dinero o algo de valor,
que le ayude a satisfacer su hambre de hoy,
la de mañana,
otra vez, tendrá que pedirla o exigirla por el amor de Dios


Veo a mi lado
a los indiferentes
que no se mueven,
ni se conmueven,
son monolíticas e inmutables
figuras vacías de sentimientos,
me dan ganas de zarandearlos
de obligarles a verme,
a vernos a imagen
y semejanza del Dios verdadero,
que es Amor, conmiseración, y fraternidad,
decirles que si ellos no están bien,
nosotros tampoco lo estaremos nunca,
que el Dios de castigo no existe,
que es mentira
como te lo pinta la iglesia católica o protestante,
me dan ganas de azotarles el rostro
a los hipócritas que se dan golpes de pecho
por los pecados cometidos
o a los que hablan en ‘lenguas’
por su ‘cercanía con el paraíso’,
no entiendo como se preocupan
por llevar el puntual diezmo
y se desobligan del anciano pariente
o del vecino necesitado


¡No más antifaces,
que cada quien viva
según su propia naturaleza!


Y...si hay buenas intenciones
es mi deseo que la mano, el pensamiento y las palabras dichas
se conviertan en cadena
para ejecutar eso bueno que dices y que piensas,
que la cobardía duerma el sueño eterno,
y que la armadura de las convicciones
sean escudo de los y las soñadoras
para que juntos comprendamos y hagamos nuestra
la certeza de que Dios
es más que oración

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